Tuesday, April 16, 2013

Encontrando mi voz


Mark comparte su relato con en el
Colegio Secundario de Miami Carol City

Ayer hice algo que juré que jamás volvería a hacer--volver al colegio donde fui asaltado por ser gay. El Institituto YES fue invitado al Colegio Secundario de Miami Carol City para la "Semana de la prevención del acoso." Como orador para el Instituto YES, decidí acompañarles.

El acoso era la norma cuando yo asistía a la escuela de Carol City. La mayoría del abuso que yo notaba tenía algo que ver cerca el género y la orientación. Por andar en jeans apretados, me decían groserías como maricón y "homo". Si alguien se declaraba como homosexual, simplemente le asaltaban. Los profesores que estuvieron concientes del asunto hicieron todo lo posible para subsanar la situación, pero nadie sabia precisamente como solucionar el problema. 

Un día, unos estudiantes escogieron un día en particular para asaltar a todos los estudiantes gay en el campus. Mensajes de texto circularon entre los niños del colegio diciendo que iban a asaltar a todos "ellos". Tenia miedo de contrasello a mi madre, así pretendí estar  enfermo para quedarme en casa. Al final no valió la pena, porque en la semana siguiente fui asaltado igual.

Recuerdo el attaque vívidamente…

Estaba caminando hacia un mercadillo para comprar algo para picar antes de subir el bus para volver a casa. Ví dos jóvenes vestido en el uniforme de mi colegio acercándose. Me asintieron con la cabeza cuando pasé por la entrada. Al salir de la tienda, uno de los chicos se me acercó y me pidió dinero. Le dije no y me pegó en la cabeza, llamándome maricón. De pronto eran cuatro agresores. Un golpe a la cabeza con un palo me dejó inconsciente hasta que amanecí en el hospital con la nariz herida, el labio lacerado, y el ojo morado.

Fue agridulce haber regresado a Carol City. Estar caminando por el campus de nuevo se me revolvió el estómago. Todos los recuerdos de haber sido abusado, de haberme sentido mudo, encadenaron en mi consciencia. Pero conservé al propósito--lo de crear un espacio seguro para todos jóvenes usando mi voz y compartiendo mi relato. Cuando conté que yo fui abusado en Carol City, los estudiantes expresaron varias emociones. Algunos aprecían enojados, otros eran testigo de que el abuso sigue siendo un problema, y muchos quedaron incomodos incluso para hablar sobre el género y la orientación. 

Sé que mi relato impactó tanto corazones como mentes y quizá hasta a algún estudiante que no pudiese expresarse auténticamente por tener miedo de ser acosado. Yo lo sé porque yo he sido ese niño. Hoy he encontrado mi voz y estoy orgulloso de utilizarla para transformar la sociedad, aunque sea que tenga miedo.